"YA PASO, YA PASO, NO FUE NADA"
MATERNIDAD - BEBÉ
EDUCACIÓN EMOCIONAL
“Ya pasó, ya pasó”
Hace unos días mientras Beli gateaba/ reptaba se golpeó la cabeza contra el piso, enseguida lo busqué para alzarlo y antes de que pegue el grito seguido del llanto ya estaba diciéndole “ya pasó, ya pasó” una y otra vez.
El seguía llorando sin parar y mientras tanto por adentro pensé: “¿Qué le estoy diciendo?” Él está llorando porque se acaba de golpear la cabeza y yo le digo ¿ya pasó?
Durante el resto del día me quedé pensando en este momento, empecé a hacer memoria y recordé que muchas veces a los más chicos para minimizar los accidentes o situaciones también les decimos: “no fue nada”.
Cualquiera de estas dos frases ellos intentarán realmente creérselas y de esta forma no le estarán haciendo lugar al dolor como emoción o sentimiento.
Creo que no es casualidad que si desde chicos nos enseñaron a no darle el lugar que le corresponde al dolor, de grandes nos cueste tanto atravesar este sentimiento.
A todas las emociones creo que es necesario hacerles lugar y llamarlas por su nombre.
Me parece un poco más acertado que en lugar de decirles “ya pasó, no fue nada” intentáramos trasmitirles que es lógico que les duela porque cuando nos golpeamos tendemos a sentir dolor y nos dan ganas de llorar y esa es una reacción absolutamente natural.
Y como adultos recordemos eso último también.
EDUCACIÓN EMOCIONAL
“Ya pasó, ya pasó”
Hace unos días mientras Beli gateaba/ reptaba se golpeó la cabeza contra el piso, enseguida lo busqué para alzarlo y antes de que pegue el grito seguido del llanto ya estaba diciéndole “ya pasó, ya pasó” una y otra vez.
El seguía llorando sin parar y mientras tanto por adentro pensé: “¿Qué le estoy diciendo?” Él está llorando porque se acaba de golpear la cabeza y yo le digo ¿ya pasó?
Durante el resto del día me quedé pensando en este momento, empecé a hacer memoria y recordé que muchas veces a los más chicos para minimizar los accidentes o situaciones también les decimos: “no fue nada”.
Cualquiera de estas dos frases ellos intentarán realmente creérselas y de esta forma no le estarán haciendo lugar al dolor como emoción o sentimiento.
Creo que no es casualidad que si desde chicos nos enseñaron a no darle el lugar que le corresponde al dolor, de grandes nos cueste tanto atravesar este sentimiento.
A todas las emociones creo que es necesario hacerles lugar y llamarlas por su nombre.
Me parece un poco más acertado que en lugar de decirles “ya pasó, no fue nada” intentáramos trasmitirles que es lógico que les duela porque cuando nos golpeamos tendemos a sentir dolor y nos dan ganas de llorar y esa es una reacción absolutamente natural.
Y como adultos recordemos eso último también.
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